Alba Carrillo se posiciona políticamente con una sentencia sobre su futuro en TVE

Tras el final de 'La Familia de la Tele',Alba Carrillo ha vuelto a demostrar que no piensa morderse la lengua.  En una entrevista en 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER, la colaboradora ha abordado sin filtros la dificultad de posicionarse políticamente cuando se trabaja en medios, además de abrir una ventana a su vida personal marcada por contradicciones ideológicas.

Alba Carrillo, vinculada a TVE a través de 'D Corazón', lamenta el miedo que se respira en televisión a la hora de expresar opiniones: "Hay gente con miedo a perder contratos. Las empresas quieren gente aburrida y sin criterio.  Luego hay grandes excepciones, pero lo que tienes que ser es aburrida y calladita".

Ella misma admite que durante años optó por el silencio, en parte por juventud, en parte por supervivencia profesional. Esa prudencia inicial la llevó incluso a mantener relaciones sentimentales con hombres de ideología opuesta. El primero fue Fonsi Nieto, padre de su hijo Lucas; el segundo, el tenista Feliciano López.

Con este último, la relación no tardó en resquebrajarse: "Éramos dos mundos totalmente diferentes. Eso estaba abocado al fracaso desde el día uno. No entiendo por qué hice eso, no te puedes enamorar de un facha. Mira si era facha que ni con polvos se volvió rojo.  Es que hay fachas polvorientos. Para un momento loco, si no me habla de nada, sí, pero no podría compartir mi vida con una persona que no comparta mi ideología".

Lejos de suavizar sus posturas por temor a represalias, Alba Carrillo anticipa lo que puede ocurrir en un futuro: "Yo creo que si gana el PP me iré a la calle. Siempre lo digo, que me quedan aquí[en TVE]como mucho dos años. Lo tengo clarísimo". Pese a esto, no está dispuesta a renunciar a sus convicciones: "Es que no puedo, esto es algo que va conmigo y creo que hay que hacerlo así".

"Creo que el mundo hay que cambiarlo, que estamos cada vez más cerca de dar pasos atrás y hay que hacer mucha fuerza constantemente" reconocía. Y aunque se reconoce como un perfil cada vez menos habitual en televisión, lanza una advertencia sobre el miedo generalizado que detecta en sus compañeros: "La gente intenta no mojarse porque piensan que cuando cambie el partido político su trabajo puede estar en peligro".