
Borja González hace el regalo más esperado a su novia tras volver de 'Supervivientes'
Borja González ha compartido con sus seguidores el regalo que ha realizado a Ana López.
Borja González ha vuelto a demostrar que el amor es capaz de todo. El ganador de 'Supervivientes' ha aprovechado el cumpleaños de Ana López para regalarle algo que ella llevaba años esperando: su compromiso con una de las tradiciones más importantes para ella. Y lo ha hecho por todo lo alto, con una sorpresa a medianoche que ha arrancado carcajadas, abrazos y más de una mirada incrédula.
La noche comenzaba con un gesto sencillo y familiar. Ana, emocionada, compartía con sus seguidores que ya había recibido su primer regalo: un conjunto de sartenes de parte de su madre. "Ya es mi cumpleaños, son un poquito más de las doce", decía con una sonrisa, pero no imaginaba era que esa sería solo la primera de las sorpresas.
Borja González había preparado un pequeño espectáculo en casa, ya que, en el salón, pidió a Ana López que se sentara en el sofá con los ojos vendados. Entre risas y nervios, la influencer no podía evitar la tensión del momento: "Estoy muy nerviosa", admitía mientras su pareja insistía en que no mirara. "Encima no puedo chillar porque está el niño durmiendo", bromeaba ella, conteniendo la emoción.

Finalmente, llegó el gran instante y Borja González le dio permiso para quitarse la venda. Y allí estaba él, vestido con el traje de fallero: "Te presento al nuevo fallero", dijo orgulloso. Ana López rompió a reír, sorprendida y feliz, antes de fundirse en un abrazo con su pareja.
Pero el gesto tenía una historia detrás, ya que la propia Ana López explicó después que este detalle llevaba años persiguiéndolo. "Después de cinco años intentando convencerlo de que se apuntara a mi falla de toda la vida, he tenido que cumplir 32 años para conseguirlo", escribió, visiblemente emocionada.
Borja González, satisfecho con su sorpresa, le preguntó entre risas: "¿A qué ha sido mejor de lo que te esperabas?". La respuesta de Ana López fue clara: "Estás colgado, chaval". Pero la cantidad de besos que vinieron después dejaron claro que el regalo había tocado la fibra.
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