El emotivo mensaje de Manu Pascual tras conseguir su último hito en 'Pasapalabra'

Este martes 22 de julio no fue un día cualquiera en 'Pasapalabra'. Manu Pascual alcanzó una cifra que, en los más de 25 años de historia del programa, solo había logrado una persona: Orestes Barbero. Con 300 programas a sus espaldas, el joven se convirtió en el segundo participante tricentenario del concurso de Antena 3.

La jornada comenzó con tensión, como tantas otras, con "La Silla Azul", la prueba que decide quién continúa en 'Pasapalabra'. Manu la superó una vez más, asegurando su permanencia y desbloqueando así una celebración muy esperada. Roberto Leal, conductor del espacio, fue el primero en señalar la importancia del momento: "¡Un programa histórico para él!".

Desde hace meses, Rosa Rodríguez ha sido la rival más constante de Manu Pascual en el plató. Más que una competidora, se ha convertido en parte esencial de esta historia compartida. Este martes no quiso quedarse al margen del homenaje: "Disfrutando del programa 300 de Manu. Enhorabuena porque es una cosa que está al alcance de, literalmente, una persona hasta ahora, que es Orestes, y ahora dos. Enhorabuena, porque es una pasada".

Pero más allá de los récords, el momento más íntimo del día llegó cuando Manu tomó la palabra antes de enfrentarse a El Rosco. Con la emoción contenida, dedicó unas palabras a quienes han estado a su lado en su vida personal. "Quería dedicárselo a mi familia, en especial a mi madre", comenzó. Y continuó, con la voz quebrada: "Ha peleado por darme la mejor educación posible, y esto no es nada con la pelea que ella ha tenido".

"A toda mi familia, a toda la gente que me ha apoyado en los buenos momentos, y sobre todo en los malos, y a vosotros. Venir aquí no es venir a sufrir, sino a disfrutar", añadió. También tuvo palabras para el equipo del programa y su presentador, que le respondió emocionado: "Estamos muy orgullosos de ti, Manu. Esto es cosa de ti, evidentemente. Vosotros sois los que concursáis y hacéis grande este programa".

Rosa, compañera de tantos duelos, quiso cerrar la jornada con una última reflexión: "No viví sus 100, viví sus 200 y ahora su 300". Y añadió una perspectiva que no pasó desapercibida: "A veces, perdemos la perspectiva de lo que es aguantar aquí tanto tiempo y en las circunstancias en las que las hizo él, partiendo de cero".