El inesperado cambio de 'Y ahora Sonsoles' que la preguntadora decide en directo

Una tarde aparentemente tranquila en 'Y ahora Sonsoles' dio un giro inesperado cuando Sonsoles Ónega protagonizó un momento insólito y divertido. Todo comenzó con una conversación entre la presentadora y un espectador veinteañero  que captó su atención por un curioso tatuaje: tres sietes en el brazo.

Sin rodeos, Sonsoles Ónega se dirigió a él con una de sus habituales preguntas improvisadas: "¿Y tú por qué llevas ahí tres sietes, mono?". Pero lo que parecía una anécdota sin mayor recorrido terminó por desencadenar una carcajada colectiva y una decisión que marcará el verano del programa.

Intrigada por el número, Sonsoles Ónega le pidió al joven que resolviera una operación simple: cuánto es siete por tres, pero el silencio que siguió no pasó desapercibido. La respuesta tardó, provocando una reacción inmediata de la presentadora, que no pudo contener la risa. Decidida a continuar con el juego, lanzó nuevas preguntas a otro miembro del público que lo acompañaba.

Sin embargo, el resultado fue aún más desastroso: ni ocho por cuatro ni siete por siete obtuvieron respuesta acertada. Perpleja, Sonsoles Ónega no se lo pensó dos veces antes de anunciar en pleno directo una iniciativa completamente improvisada. "De aquí a que me vaya de vacaciones, que no sé cuando será, a esta bancada le voy a hacer todos los días un test", dijo la presentadora.

La propuesta, nacida del desconcierto ante la falta de respuestas básicas, fue cobrando forma al instante. "Voy a hacer test de capitales, voy a hacer test de ríos, voy a hacer test de presidentes del Gobierno de países...", adelantó.

La noticia fue recibida con humor por el público de 'Y ahora Sonsoles', aunque no todos estaban convencidos. Uno de los jóvenes quiso saber si habría recompensa para quienes acertaran las preguntas. Sonsoles Ónega lo dejó claro: "No hay recompensa".

Ni siquiera las deseadas tazas del programa estaban sobre la mesa: "Están muy codiciadas", zanjó. Como concesión final, ofreció lo único que estaba dispuesta a entregar: "A lo mejor te puedo dar un boli". Con un brillo travieso en los ojos, Sonsoles Ónega remató la escena con una advertencia en tono jocoso:
"Prepárense, bancada, que todos los días va a haber un test".